Cuando se piensa en Cajamarca, nos vienen a la mente imágenes de los choques entre dos civilizaciones, la inca y la española, y surgen las preguntas de cómo estarán los lugares donde ocurrieron estos hechos hace unos 500 años. Su casco histórico fue declarado patrimonio cultural de las Américas por la Organización de Estados Americanos en 1986, y desde el 2002 está incluido en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial de la Convención de la UNESCO.
Ese mismo año se dio a conocer la publicación Cajamarca: un siglo de fotografía, 1850–1950 de Verónica Janssen, dos décadas después ha visto la luz Cajamarca: belleza, soledad y coraje del gestor cultural José Chávez Tejada en la que comparte los paisajes del centro histórico cajamarquino durante los primeros meses de la pandemia de la covid-19 en el Perú. Recuerda que la fotografía le salvó la vida en ese momento ya que estaba frustrado por no poder pintar, que era su pasión, por lo que agarró una cámara y obtuvo un permiso del Ejército peruano para recorrer sus principales calles.
En la siguiente entrevista para la Asociación de Foto Periodistas del Perú, Chávez Tejada explica por qué la publicación editorial es tan importante para la preservación, conservación y promoción del patrimonio material e inmaterial de un país como el nuestro.
¿Recorrió las calles del Centro Histórico de Cajamarca cada domingo por cuatro meses desde abril del 2020?
Desde marzo, digamos, que empieza la pandemia. Empecé el trabajo el 25 de marzo. Recorrí marzo, abril, mayo, junio, julio. Durante cinco meses, todos los días, religiosamente, y recorría las calles del Centro Histórico con mis dos cámaras fotográficas y un anfitrión militar que me acompañaba. Pude contemplar la belleza de este espacio en soledad, en un silencio absoluto y dije que “tenemos que plasmarlo en un libro emblemático” con la finalidad de que no solo sea un registro histórico, sino que muestre la belleza, la grandeza, la majestuosidad de las construcciones de marcada influencia colonial hispana. Cajamarca tiene que ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO por los grandes antecedentes históricos y culturales que poseemos.
¿Puede confirmar si existe un interés de las autoridades pertinentes por salvaguardar su cultura o historia hoy en día?
Muy a mi pesar tengo que decir que las autoridades que nos han gobernado en Cajamarca han sido un total desastre, a excepción de un par de personas que se salvan, lo demás ha sido muy nefasto. Y en la región ni que se diga. La región ha sido gobernada por politiqueros corruptos que han engañado a la población y nos han llevado a una crisis total.
Este proyecto no es caro, pero las autoridades lo ven caro porque hay una cultura de falta de empoderamiento. Entonces, 120 000 soles que cuesta el proyecto le parecen una suma fabulosa. Hay una mala costumbre de que no se sabe vestir bien a nuestra cultura. Se hacen publicaciones de muy mal nivel o no se hace nada, pues un libro de lujo, emblemático, les parece completamente oneroso. Lo cual es falso porque esta publicación va a servir para visibilizar, promocionar y difundir nuestra riqueza, nuestra historia, nuestra identidad.
Esto ha sido posible porque ganamos los estímulos, los beneficios, económicos para el incentivo de la producción editorial peruana. Concurso realizado por el Ministerio de Cultura en el 2022 y que la ONG que dirijo, conjuntamente, con mi hijo que se encarga del diseño artístico, ganó.
Nos dieron un capital semilla de 14 000 soles, pero lamentablemente, esos 14 000 soles me iban a alcanzar para un minilibro de 500 ejemplares y de 70 páginas. Ahora, con el apoyo de la empresa privada, el tocapuertas que he hecho, se ha duplicado y ahí sí quiero contar el apoyo vital de la Southern, del Gobierno Regional, de Newmont Yanacocha, empresas cajamarquinas que han puesto el hombro y hemos sacado adelante este fotolibro que ha durado tres años de esfuerzo.
¿Qué otras dificultades pasaron para ver realizado este libro fotográfico?
El primer temor que tuve que vencer fue el de enfrentarme al virus. Posteriormente, me infecté, pero ya estaba vacunado. Hay una cosa que es anecdótica: yo no he hecho ninguna fotografía a ningún centro sanitario porque a parte del miedo era agregar más dolor al dolor que ya había en ese momento.
En cambio, contemplar la inmensa belleza y soledad de esta histórica ciudad me alegraba el alma. Ver a una ciudad histórica de tan hermosa fisionomía arquitectónica ha sido una experiencia realmente maravillosa. Ahora, las otras dificultades que he tenido que sortear, definitivamente, la burocracia en los estamentos estatales porque ellos sí tienen recursos para apoyar este tipo de publicaciones. Cajamarca debería tener como diez publicaciones por su gastronomía, su folclore, su identidad, su historia, de sus casonas, de su paisaje.
Usted sostiene que Cajamarca puede convertirse en el “Cusco del norte”. ¿Por qué no se le da la debida importancia a la región?
No se le da la debida importancia por una cosa simple y elemental. Estamos atrofiados. En la sociedad peruana tenemos un buen tiempo eligiendo lo peor de lo peor.
¿No es responsabilidad de los cajamarquinos promover su propia cultura? ¿Qué sucede si se tiene tanto por explotar en el arte?
Claro, Cajamarca es una tierra de pintores. Es tierra de artistas. Tenemos pintores de primer nivel. Tenemos escritores de primer nivel. Tenemos cineastas. Tenemos poetas. Tenemos una tradición cultural e histórica legendaria que nos hace muy ricos. Tenemos un paisaje de los más hermosos que hay en el país, pero no sabemos explotarlo. Considero que hay una desidia como sociedad. Estamos gravemente enfermos.
En primer lugar, hay mucha mezquindad, mucha mediocridad, mucha envidia, mucha bajeza. Entre nosotros nos estamos apuñalando y no nos dejamos avanzar. Eso es un problema endémico. No solo en Cajamarca. Se da en todo el Perú. Lamentablemente, Lima es el Perú. Nos duela o no nos duela. Esa es la realidad. Es donde se mueven todos los grandes proyectos artísticos, arquitectónicos, paisajísticos. Nos falta descentralizar muchísimo y que los peruanos de una vez tomemos consciencia de que somos un país, gravemente, enfermo, y que debemos dejar ideologías de izquierdas o derechas porque están demostrando que son lo mismo. Debemos ponernos en un punto neutral y sacar adelante el Perú en una sola consigna. Trabajo más trabajo más trabajo y bienvenida la inversión privada con responsabilidad social. Te lo digo porque tengo 15 años de gestor cultural y las primeras trabas que encuentras son de los estamentos estatales. Para ser gestor cultural en este país hay que tener un coraje titánico.
Si en el Perú hubiera una dinámica, en otras zonas sí lo hay, de repente un poco más, pero especialmente en Cajamarca, que nuestra cultura, que nuestro arte, que nuestra identidad o nuestra parte humana esté por encima de las demás actividades, en ese momento, vamos a empezar a cambiar.
En el 2032 se conmemoran 500 años del encuentro de dos mundos, el inca y el español, en Cajamarca. ¿Qué otros temas le gustaría registrar?
Tengo varios proyectos en mente. Hay un inventario de las casonas del Centro Histórico que son un aproximado de 95, pero es una vergüenza de que ese valioso documento esté en fotocopias anillado. Mi próximo paso es publicar un libro de 350 páginas mínimo con un registro actualizado, con las fotografías actuales de las casonas para ponerlas en valor.
También, tengo en mente en hacer un libro de los clarineros, del clarín cajamarquino que es un instrumento mágico y único en el mundo, Patrimonio Cultural de la Nación. Ese instrumento único y tan valioso no tiene un documento gráfico que lo registre. Yo haré uno de primer nivel, por lo menos, unas 200 páginas dedicadas íntegramente a los clarineros, a su historia, a su tradición, a su legado.
Por otro lado, tenemos una riqueza paisajística inmensa. Cajamarca tiene unos parajes de primer nivel que tendrían que estar registrados también en un libro de lujo. Tengo el proyecto de hacer un libro integral de lo que es su cultura, su gastronomía, folclore, identidad, festividades, personajes. Ese puede ser un libro de unas 400 páginas.
¿Por qué cree que Cajamarca aún no es considerada Patrimonio de la Humanidad con los antecedentes históricos y culturales que ha mencionado anteriormente?
Por la desidia, por la desidia, por la desidia, la ignorancia y porque no les interesa a las autoridades. Simplemente por eso. Cajamarca está en la lista indicativa de la UNESCO para ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Tuve la fortuna de que este libro se presentó el pasado 6 de agosto en la Feria Internacional del Libro de Lima, el cual tuvo un éxito rotundo, a sala llena. Estuvo el señor Ernesto López-Hurtado de la mencionada institución. Él dijo que felicitaba la edición y la publicación de este fotolibro porque ese es el primer paso para que nosotros podamos lograr que Cajamarca sea declarado como Patrimonio de la Humanidad, un título que nos corresponde por los valiosos antecedentes históricos y culturales.
De acá a 10 años se van a conmemorar los 500 años del encuentro de dos culturas y no podemos esperar recibir ese magno acontecimiento con el Centro Histórico en el estado deplorable tal y como se encuentra en este momento. Tenemos que ponerlo en valor y esa es una lucha constante entre la sociedad civil, la empresa privada y los gobiernos locales.
En el 2020 encontró belleza, soledad y coraje. Hoy, entonces, describe el Centro Histórico de Cajamarca como deplorable y triste. ¿Qué más?
Hace poco vi una publicación. En medio de la plaza de Armas, un energúmeno se ha atrevido a hacer una construcción de cemento y ladrillo encima de una de estilo republicano, lo cual está prohibido. Esa es una afrenta. Es un grave delito que el señor comete porque no atenta contra la hermosura del Centro Histórico, sino que atenta contra la dignidad de una ciudad histórica. Ahora, no veo que las autoridades luchen contra la ignorancia de la gente que cree que construyendo con ladrillo, cemento y fierro es un signo de modernidad, de avance.
La declaratoria como Patrimonio Cultural tiene importancia no solo por el título. Cajamarca no sería propia de los peruanos, sería propia de la humanidad. Lo otro es que nos visibilizaría, nos promocionaría, nos pondría en alto valor ante el mundo con lo cual tendríamos una gran afluencia de turismo extranjero de primer nivel que tanta falta nos hace.
Sobre el lenguaje fotográfico, ¿cuáles son sus principales referentes peruanos y extranjeros?
Me gusta mucho la fotografía de Martín Chambi y el trabajo del huancavelicano Teófilo Hinostroza, personas andinas y el juego de sombras. A nivel mundial tengo un gran referente que es Henri Cartier-Bresson. El mismo ambiente hace que seas bueno. Naces en una hermosa región y tu ojo lo vas cultivando desde que eres pequeño. Fotografiar a estas hermosas campesinas de Chetilla con esta vestimenta tan única y fotografiar estas casonas famosísimas con sus tejados de teja no tiene nombre. Somos privilegiados.
¿Cuántas fotografías sacó en todo el proyecto?
Yo tengo un registro de 5000 fotos. Por experiencia, de todas las fotografías que tú haces, un 10 % es lo que te vale. Serán hasta 500 las que hemos depurado y de ahí hemos seleccionado las que hay ahora. Si no me equivoco, son 96.
¿Qué ha priorizado durante la edición del libro? ¿Por qué Belleza está a color? ¿Por qué Soledad está en blanco y negro? ¿Por qué Coraje está a color?
Bueno, es muy simple. En Belleza queríamos mostrar la majestuosidad de esta ciudad a todo color. Soledad en blanco y negro, definitivamente, porque queríamos darle un toque dramático, de tristeza, melancolía, nostalgia, dolor. Y coraje porque es el resurgimiento de la gente. Este es un libro homenaje a la valentía y a la resiliencia de todos los cajamarquinos que supieron superar momentos tan difíciles de dolor. Yo perdí muchos amigos muy queridos, familia poca, pero perdí también. Esta es una época que nos ha marcado definitivamente.
Ahora, con respecto al diseño artístico, lo que hemos querido es plasmar lo más relevante de la arquitectura colonial. Marcar muy bien la arquitectura religiosa que posee un barroco cajamarquino, que es único. Y la parte humana, hay unos claroscuros que han salido muy bien. Esa combinación de los soldados con la majestuosidad de la catedral me encantó. Esa es la concepción.
¿Cómo explica la conexión de los cajamarquinos con su tierra?
Somos irónicos. Yo no he visto a alguien que ame tanto a su tierra como un cajacho. Te soy honesto, pero a la vez, se contradice. Me duele decirlo. Por ejemplo, mucho queda en fórmula, queda en palabras. En la presentación de la FIL, me dolió muchísimo que grandes cajamarquinos que debían estar presentes, brillaron por su ausencia. Eso sí me causó cierta “depresión”, una frustración o amargura. De esa manera, ¿cómo vas a sacar adelante una ciudad? Es difícil, pero el cajamarquino es irónico. Parece que en nosotros aplica el dicho: “Más me pegas, más te quiero”.
Para redondear la idea. Siempre lo cuento como anécdota. Conozco Centros Históricos de América Latina como Ouro Petro, Cuenca, Quito, Cusco. Las más relevantes. Me dio mucha pena que cuando estaba en Ouro Petro, que es una ciudad histórica con un gran legado del barroco portugués, me preguntaron de dónde vengo y yo les dije: “de Cajamarca, Perú”. Me desinflaron con “qué cosa es eso, dónde queda”. No sabían dónde queda Cajamarca. Entonces, cuando tú visitas esas ciudades históricas, tienes de siete a ocho publicaciones sobre su historia, sus costumbres, su folclore, su identidad, su arquitectura. Cajamarca no tiene una. Tiene publicaciones dispersas de su gastronomía que fueron hechas por la editorial Antares. También, una publicación de primer nivel, y hay que felicitar a Yanacocha, que fue el barroco cajamarquino hecho por el Padre San Cristóbal, pero del Centro Histórico, de su ciudad, no hay. Este es un hito.
En Cajamarca hay una cultura de falta de empoderamiento. Estamos ausentes por no saber lucirnos o no saber vestirnos bien ante el mundo. Lo que tenemos que hacer son publicaciones emblemáticas. Dejémonos de hacer publicaciones de folletería barata que significa malgastar el dinero. Hay que hacer un poco de esfuerzo. No son proyectos millonarios. Con esto, yo no me voy a hacer rico, pero sí se va a volver millonaria mi ciudad. Eso es lo que quiero dejar en claro. Este libro es el primer paso.
Entrevista: Luis Cáceres Álvarez